Según regulaciones internacionales, la tripulación de cualquier tipo de embarcación internacional no debe pasar más de once meses embarcado, sin embargo, debido a la crisis sanitaria ocasionada por la pandemia de Coronavirus, muchas personas siguen dentro de diferentes buques mercantes o cruceros.
Según datos de la Organización Mundial de Comercio, conocida por sus siglas OMC, el comercio internacional se vería reducido entre 13 al 32% durante los primeros 6 meses del año 2020, llevando a una disminución considerable de bienes, sobre todo los no esenciales. Gran parte de esos productos son transportados por vía marítima, pues reduce considerable los costos y garantiza una adecuada distribución.
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Basado en cifras de la Organización Marítima Internacional (OMI), aproximadamente unos 200.000 tripulantes se encuentran atrapados aún en las naves, padeciendo actualmente de problemas económicos, de salud psicológica, agotamiento y estrés, pues llevan más del tiempo estipulado en sus posiciones de trabajo.
El máximo líder religioso de la iglesia católica, el papa Francisco y el secretario de la Organización de las Naciones Unidades, Antonio Guterres, han realizado públicamente llamados a los diferentes países a que en sus puertos se permita el relevo de la tripulación como se tenía previsto, garantizando la integridad física y mental de aquellos marineros a los que pueden indicarse como “prisioneros” por los protocolos de salud para evitar el posible contagio. Para agilizar este relevo, se ha dispuesto de los canales diplomáticos regulares, pero el proceso se ha tornado lento.
Un claro ejemplo de la situación vivida son los cruceros y cargueros que permanecen anclados en las costas de Filipinas, estando a la espera del presidente de esta nación, Rodrigo Duterte, quien daría la orden para el desembarco de los tripulantes, cuya cantidad puede estimarse en unas 40.000 personas.
Otras flotas mercantes internacionales de gran tamaño, como China, Ucrania, Indonesia y Rusia, han manejado el confinamiento marítimo de una forma un poco más suave, permitiendo el desembarco bajo estrictos protocolos de seguridad sanitaria. Por su parte, India ha organizado una serie de vuelos chárter con la intención de repatriar a sus ciudadanos y realizar el tan esperado relevo.
En algunos casos puntuales, algunas asociaciones internaciones de trabajadores navieras, contando con el apoyo de la OMI, han intervenido, ofreciendo asistencia médica de emergencia a los tripulantes, aquejados por diferentes males, algunos graves, siguiendo los convenios internaciones.
Algunos países como Reino Unido, Dinamarca e Islandia han mantenido los protocolos de relevo acordados en los convenios, sin contar con mayores restricciones, pero teniendo presente protocolos sanitarios adecuados. Entre los controles implementados por gran parte de los países pertenecientes a la Unión Europea se mantienen la constante revisión del estado de salud previo a la embarcación y posterior al desembarco, así como el transporte bajo controles estrictos.
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Acciones para sobrellevar la situación
Para garantizar la movilidad y el mantenimiento de los puestos de trabajo, la OMI exigió a diversos entes que los trabajadores de la marina mercante como esenciales, basándose en como la alimentación y el como el fundamento económico de gran parte de las naciones se basan por completo en el comercio marítimo.
Tanto la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF) y el Consejo Internacional de Empresarios Marítimos (IMEC) realizaron un tratado para la extensión de los contratos existentes a partir del mes de marzo del año en curso, siempre y cuando fuese de mutuo acuerdo entre las empresas y sus trabajadores, lo que garantizaría posibles complicaciones.
Posteriormente la OMI definió a principios del mes de mayo una serie de protocolos conjuntos con los diversos gobiernos, los cuales tendrían una vigencia de 30 días, sin embargo, el plazo expiró y la diplomacia internacional no logró solventar la situación como se tenía previsto.
Por su parte, el secretario de la ITF, afirmó como no sería recomendable seguir realizando extensiones de los contratos, apoyando a todas las tripulaciones que se mantienen en las “prisiones flotantes” a desembarcar, cumpliendo además con los convenios internacionales de trabajo marítimo.
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